El apiñamiento dental es uno de los problemas más comunes que vemos en consulta, tanto en pacientes jóvenes como en adultos.
Se trata de una alteración en la posición de los dientes, que se presentan amontonados, girados o mal alineados por falta de espacio en el arco dentario.
Aunque, en muchas ocasiones, tener los dientes apiñados se percibe como un problema puramente estético, lo cierto es que puede tener importantes consecuencias para la salud bucal y la calidad de vida del paciente.
Desde la Clínica Dental Nuño Gil, te explicamos en profundidad qué causa los dientes apiñados, por qué es importante tratarlos y cuáles son las opciones actuales para solucionarlo.
¿Qué es el apiñamiento dental?
El apiñamiento dental se produce cuando no hay suficiente espacio en los maxilares para que todos los dientes se alineen correctamente. En lugar de colocarse uno al lado de otro en posición armónica, algunos dientes se montan, se giran o quedan fuera de lugar.
En condiciones normales, los dientes deberían alinearse de forma ordenada a lo largo del arco dental, sin embargo, cuando se produce apiñamiento, esta disposición armónica se pierde, generando una sonrisa desordenada y una mordida incorrecta.
Los dientes apiñados pueden darse tanto en el sector anterior (dientes frontales), como en el sector posterior, comprometiendo la funcionalidad masticatoria.
¿Por qué ocurre el apiñamiento dental?
Tener los dientes apiñados es el resultado de un desequilibrio entre el tamaño de los dientes y el espacio disponible en el maxilar. Este desajuste puede tener múltiples causas:
- Herencia genética: si en tu familia hay antecedentes de dientes apiñados, es muy probable que tú también lo desarrolles. Muchas veces se hereda una mandíbula pequeña combinada con dientes grandes, lo que favorece la falta de espacio.
- Pérdida prematura de dientes de leche: cuando un diente de leche se pierde demasiado pronto, los dientes vecinos tienden a moverse y ocupar el espacio vacío, dificultando la erupción del diente definitivo.
- Erupción anómala o desordenada: si los dientes permanentes no erupcionan en el momento o en el lugar adecuado, pueden salir torcidos o desplazados. Esto suele pasar con los colmillos o caninos superiores.
- Hábitos orales prolongados: chuparse el dedo, usar chupete durante mucho tiempo o empujar con la lengua son hábitos que alteran el desarrollo del maxilar y pueden dar lugar a dientes apiñados.
- Muelas del juicio: en muchos casos, la erupción de las muelas del juicio en la adolescencia genera presión sobre los dientes anteriores, aumentando el apiñamiento, especialmente en los incisivos inferiores.
Consecuencias de los dientes apiñados
Aunque pueda parecer un problema menor, los dientes apiñados pueden afectar tanto a la salud oral como a la estética facial. Entre sus consecuencias más frecuentes se encuentran:
- Dificultad en la higiene bucodental: cuando los dientes están apiñados o demasiado juntos, es mucho más difícil cepillarse bien y pasar el hilo dental, lo que facilita la acumulación de placa, sarro y bacterias.
- Mayor riesgo de caries y enfermedades periodontales: una higiene deficiente favorece el desarrollo de caries entre los dientes y la inflamación de las encías, que puede evolucionar en periodontitis si no se trata.
- Alteraciones funcionales: los dientes apiñados pueden provocar una mordida inadecuada (maloclusión), dificultando la masticación, generando desgaste desigual en las piezas dentales e incluso afectando al habla.
- Dolor articular o tensiones musculares: en casos más avanzados, los dientes apiñados pueden generar desequilibrios en la articulación temporomandibular (ATM), lo que provoca dolor de mandíbula, de cabeza o incluso cervical.
- Problemas estéticos o psicológicos: unos dientes apiñados pueden afectar a la autoestima, la seguridad al hablar y la percepción de la imagen corporal.
¿Cómo podemos corregir los dientes apiñados?
Hoy en día existen diversas opciones para corregir los dientes apiñados de forma eficaz y segura. El tratamiento más adecuado dependerá del grado de apiñamiento, de la edad del paciente, de sus necesidades estéticas y funcionales, y del estado de su salud bucodental.
Ortodoncia fija con brackets
Una de las opciones más habituales para corregir los dientes apiñados es la ortodoncia fija con brackets.
Los brackets metálicos, que siguen siendo los más utilizados, ofrecen una excelente capacidad de corrección, especialmente en casos moderados y severos. Además, son resistentes y permiten controlar con precisión los movimientos dentales.
Para quienes buscan una alternativa más estética, los brackets estéticos, fabricados en materiales como cerámica o zafiro, ofrecen las mismas ventajas que los metálicos, pero con un aspecto más discreto, ya que se mimetizan con el color natural de los dientes.
Ortodoncia invisible
Otra alternativa muy demandada en los últimos años para solucionar los dientes apiñados es la ortodoncia invisible mediante alineadores transparentes. Esta técnica consiste en utilizar férulas removibles y prácticamente invisibles que se cambian cada pocas semanas, guiando de forma progresiva el movimiento de los dientes hasta alcanzar la posición deseada.
Su principal ventaja es la comodidad, además de su discreción estética, lo que los convierte en la opción preferida para muchos adultos y adolescentes.
Este tipo de ortodoncia suele utilizarse en casos de apiñamiento leve o moderado, aunque también pueden utilizarse en tratamientos más complejos, combinados con otros dispositivos si es necesario.
Expansión del paladar
En la niñez, cuando se detecta a tiempo la falta de espacio en el maxilar, se puede intervenir antes de que el problema avance mediante la expansión del paladar.
Para ello se utiliza un aparato que ayuda a ensanchar gradualmente el maxilar superior. Este permite ganar espacio suficiente para que los dientes definitivos erupcionen correctamente, evitando dientes apiñados en el futuro.
Carillas dentales
En algunos casos, cuando el apiñamiento es leve y no compromete la mordida ni la funcionalidad de la boca, es posible mejorar la estética dental mediante carillas dentales.
Este tratamiento no corrige el problema de raíz, pero puede ofrecer una solución estética rápida y muy efectiva en casos seleccionados.
Tener los dientes apiñados no solo afecta a la apariencia de la sonrisa, sino que también puede comprometer la salud bucodental y el bienestar general del paciente si no se trata a tiempo. Afortunadamente, gracias a los avances de la odontología, hoy contamos con múltiples soluciones personalizadas que permiten corregir eficazmente el problema.
En Clínica Dental Nuño Gil, especialistas en ortodoncia en Burgos, te ofrecemos un diagnóstico completo y un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades. Pide tu primera cita sin compromiso y da el primer paso hacia una boca sana y una sonrisa cuidada.